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lunes, 21 de noviembre de 2011

EL PRIMER AÑO DE VIDA DEL BEBÈ, ES FUNDAMENTAL PARA SU CONDUCTA POSTERIOR

ELgrado de estimulación intelectual del niño y el temperamento del bebé, principales pronosticadores


La estimulación intelectual de los bebés por parte de sus madres durante los 12 primeros meses de su vida, el grado de comportamientos predecibles de éstos o su carácter son elementos cuya evaluación ha permitido pronosticar el tipo de conducta de los niños en el futuro. Un estudio realizado por la Universidad de Chicago ha puesto así de relieve la importancia de las vivencias de esta edad para la formación de la personalidad en el futuro, por lo que los científicos advierten de la importancia de las intervenciones enfocadas hacia la educación en esta fase temprana del desarrollo de los bebés, en prevención de problemas futuros.





Evaluaciones de la situación inicial 
Las evaluaciones maternas del temperamento de los bebés incluyeron sus niveles de actividad, en que grado eran asustadizos o predecibles, su nivel de exigencia, si tenían una predisposición general a estar contentos o sus niveles de ñoñería o afectación. 

En lo que se refiere a las madres, los investigadores evaluaron el grado de estimulación intelectual que éstas habían dado a sus bebés, el nivel de respuesta a las demandas de sus hijos; y la aplicación de límites físicos, como cachetes o tortas, en su forma de educarlos. 

Los problemas de conducta infantiles posteriores considerados por los investigadores incluían los timos o las trampas, el decir mentiras, los problemas continuos con los profesores en los centros de enseñanza, las actitudes desobedientes en casa o en la escuela, las actitudes intimidatorias, y la ausencia de remordimientos tras un mal comportamiento. 

Resultados 


Con respecto al carácter de los niños estudiados, los resultados mostraron que aquellos bebés que habían sido menos “ñoños” o caprichosos durante su primer año de vida, y que en esa fase habían mantenido actitudes predecibles, presentaban un nivel mucho menor de riesgo de conductas conflictivas en el futuro. 

De hecho, la ñoñería resultó ser un importante pronosticador de los problemas de conducta en los niños varones, mientras que el grado de miedo o de tendencia a asustarse lo fue en el caso de las niñas. 

En lo que se refiere a las madres, los problemas de conducta pudieron predecirse principalmente a partir de niveles bajos de estimulación cognitiva de los bebés por parte de éstas en el primer año de vida. 

En cuanto al grado de reacción de las madres ante las demandas de los bebés, éste también resultó ser un importante indicador de problemas futuros, pero sólo en el caso de aquellos niños poco miedosos en su más tierna infancia. 

La aplicación del castigo físico (como cachetes o tortas) durante la infancia también sirvió, aunque sólo ligeramente, para predecir problemas de conducta más severos posteriores. 


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